Fue fundada en 1980 por Victoria Pueyrredón (JK). Premio Konex 2004. Se trataba de una revista literaria con formato de libro que aparecía de manera cuatrimestral. Formaron parte de su primer ejemplar: Romualdo Brughetti (PK), Silvina Bullrich, Adela Grondona, Cecilia Sabor de Cortazar (PK), Manuel Mujica Láinez, Martín Noel (PK), Silvina Ocampo (PK), Alba Omil y Olga Orozco (PK), entre otros. Ese primer número también contenía una sección dedicada a las Letras de México, por lo que se incluyeron dos poemas inéditos de Octavio Paz y dos trabajos acerca del escritor. Entre los diferentes ejemplares publicados a lo largo de su historia se destacan: el número 30, que incluyó cinco cartas y cinco tarjetas de Jorge Luis Borges (PK) a Susana Bombal; y los números 42 y 48, que fueron homenajes a Marco Denevi (PK) y Enrique Anderson Imbert (PK). En noviembre de 2001, a causa de problemas financieros, se produjo el cierre de la revista. Luego de dos años, en 2003, se la reabrió con el subtítulo Segunda época y un primer artículo titulado Volvimos.
Letras de Buenos Aires nació de un sueño mío de hace muchos años, sueño que no creí poder materializar y que, como todos los seños, cuando se materializan duelen... Yo siempre soñaba y deseaba que no muera un escritor dejando sus papeles inéditos dentro de un cajón de su escritorio si son buenos y valen, al no poder llegar hasta un diario que lo haga conocer...
Empecé como quién se zambulle dentro de una pileta de agua helada. No sabía qué resultado iba a tener esta quijotada mía. No sabía nada acerca de “cómo” se fabrica una revista ... soy escritora y periodista, sí, pero ignoraba totalmente “la cocina” de la imprenta. Luego aprendí muchas cosas: las diferentes clases de papel, sus precios y sus nombres, la diagramación, en fin, todos esos pequeños y grandes problemas que implica editar una revista.
Hoy me siento con más seguridad ante lo que estoy haciendo. Ya han pasado años y han salido muchos números de Letras de Buenos Aires, revista literaria con formato de libros, que aparece cuatrimestralmente.
Hace tanto tiempo que la fundé, en 1980, creo que gusta mucho e interesa a todo el que la ve, y que la adquiere inmediatamente con entusiasmo, más aún al enterarse de su reducido precio, siempre el mismo, y su importante y nutrido contenido.
En noviembre de 2001 decidí que ya era tiempo de cerrar, debido a la enorme lucha económica que existía, habíamos llegado al No. 50 después de 21 años de existencia y fue así que apareció el no. 50 con “Un prólogo para un final: último número de Letras de Buenos Aires”. Allí explicaba que no podíamos luchar contra los molinos de viento, aunque no descartaba que ésta sólo fuera una etapa y quizá pudiéramos mañana iniciar otra que “tuviera el venturoso trayecto de la que concluía entonces...”
Pasaron dos años y, como el Ave Fénix..., renació Letras de Buenos Aires con un subtítulo de “Segunda época – No.1” y un primer artículo que se tituló: “Volvimos...”
En publicaciones como ésta siempre existen dos grandes problemas: la financiación y la distribución. La financiación se realiza por medio de avisos de publicidad que nos dan. Con unos cuantos avisos, no muchos, lamentablemente, con unos cuantos como digo siempre, cubrimos justo, casi podría decirse raspando, los gastos de edición, la imprenta y el papel... Lo malo es que hemos tenido la puntería de publicar esta revista en momentos tan difíciles financieramente, pero aún así, las empresas cooperan y ayudan como pueden y las que pueden, aunque no es tarea fácil.
Hay momentos en que no sé como voy a hacer para sacar el próximo número porque no alcanzan los avisos para cubrir los gastos mínimos de la edición y el papel... entonces empiezo a romperme la cabeza para descubrir la mejor forma de ajustar más los gastos, reducir el papel disminuyendo (como ya lo hemos hecho varias veces), todo lo que se puede buscando una solución... y al final, nunca se sabe cómo, seguimos adelante y el número de Letras de Buenos Aires aparece...
Ahora seguimos otra vez adelante y es cuando nos toca mirar cuanta lucha transcurrió en todos los años anteriores y cuánta nos espera aún pero lo vemos con afecto recordando a todos aquellos que formaron parte de ese primer número: Enrique Anderson Imbert, Romualdo Brughetti, Silvina Bullrich, Lucía Carmona, Nicolás Cócaro, Gustavo García Yaraví, Alberto Girri, María Granata, Adela Grondona, Cecilia Sabor de Cortázar, Marco Denevi, Eduardo Gudiño Kieffer, Jorge Naviero, Ana María Lahitte, Mario Lancelotti, César Magrini, Enrique Medina, Enrique Molina, Manuel Mujica Láinez, Martín Noel, Adolfo de Obieta, Silvina Ocampo, Alba Omil, Olga Orozco, Enrique Pezón, Abel Posse, Alberto Salas y María de Villarino.
Ese primer número, del cual pocos sobreviven hoy, también contenía una sección dedicada a las Letras de México. Con tal motivo iban incluidos dos poemas inéditos de Octavio Paz y dos trabajos acerca de él escritos por José Luis Martínez, Presidente del Fondo de Cultura Económica de México y el gran crítico mexicano Gustavo Zaid. Todo esto hizo que hoy ese número 1 con el tiempo haya llegado a convertirse casi en un incunable...
Siempre fue nuestra meta que nos conozcan un poco mejor en el exterior y que entre nosotros también nos conozcamos mejor dentro de nuestro país. Siempre pido a todos los escritores que nos envíen sus colaboraciones, no importa que el autor sea conocido o no, “si vale, sale”.
Nuestra revista es exclusivamente literaria, en ella no se tratan problemas de política o religiosos, de aquellos que pueden aparejar polémicas, es esa la mejor forma de que sólo en ella hablemos de literatura y creo que así uniéndonos todos algún día podremos llegar a integrar una gran familia que es nuestro país.
Victoria Pueyrredón, 2004.