2019 | Música Clásica |
Diploma al Mérito |
Nació el 15/03/1943. Premio Konex 2019. Profesora Nacional de música en la especialidad piano (Universidad Nacional del Litoral – U.N.L.). Discípula de Luís La Vía y Aldo Antognazzi, en 1981 obtuvo el máximo título en su especialidad después de rendir su examen tesis. Ha actuado con las principales orquesta del país bajo la dirección de los maestros Olgerts Bistevins, Pedro I. Calderón, Mario Benzecry, Oscar Giudice, Washington Castro, Reynaldo Zemba, Guillermo Scarabino, Miguel Angel Gilardi, Revuelta Retes entre otros. Como pianista de música de cámara ha actuado con maestros de la talla de Tomás Tichauer, Guelfo Nalli, Rolando Prusak, Marcela Magin, Pablo Saraví, Haydee Seibert, Luis Roggero, Elías Gurevich, Claudio Baraviera, Stanimir Todorov y Daniel Rivera, entre otros. En 2012 fue invitada por Martha Argerich para realizar un recital a dos pianos en la ciudad de Paraná. Convocada nuevamente por la gran pianista, en 2018 participó en el ciclo “El Teatro Colon en el CCK”, para actuar junto a ella en el “Festival Bach” y en un recital a dos pianos. Como docente, ocupó las cátedras de piano en el Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral, y en el Ciclo superior de la Escuela de Música de la Universidad Autónoma de Entre Ríos.
Nació en Entre Ríos, donde comenzó su formación musical a muy temprana edad, continuándola en el Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral, Bajo la dirección de los maestros Luis La Vía, y Aldo Antognazzi.
En 1981, obtuvo el máximo título en su especialidad, después de rendir su examen – tesis ante un jurado presidido por el maestro Antonio De Raco y con la calificación de sobresaliente.
Entre los premios obtenidos, figuran: en 1963, Primer premio y Medalla de Oro en el primero Concurso de Pianistas Argentinos, organizado por el Mozarteun de Santa Fe, al mejor intérprete de la obre pianística de Mozart; en 1964, Primer Premio Fondo Nacional de las Artes en el tercer Concurso para Jóvenes Solistas Argentinos, organizado por la Orquesta Sinfónica de Santa Fe.
En 1970 es seleccionada por concurso para recibir clases del maestro Bruno Saidlhofer, de la Academia de Música de Viena. Como solista ha actuado con las Orquestas de Santa Fe y Entre Ríos, La Sinfónica Nacional y Filarmónica de Asunción (Paraguay), bajo la dirección de los maestros: Olgerts Bistevins, Pedro Ignacio Calderón, Mario Benzecry, Oscar Giudice, Washington Castro, Guillermo Bonet Muller, José Carlos Carminio Castagno, Reinaldo Zemba, J. Chiappero Favre, Guillermo Scarabino, Miguel Ángel Gilardi, y el director mejicano Revuelta Retes.
Desde su formación integra el Trío de Cámara de Paraná, con el cual ha actuado en Entre Ríos, Santa Fe, Rosario, Mar del Plata y Capital Federal. En esta última, ha intervenido en ciclos como el de “Los Intérpretes”, en el Salón Auditorio de Belgrano, en los Conciertos del Medio Día auspiciados por el Mozarteun, en el Palacio San Martín, Bolsa de Comercio y la Sala Mayor del Teatro Colón Fue seleccionada para recibir clases de música de Cámara dadas por el Maestro Menahen Pressler en el Camping
Musical de Bariloche. Junto a los grupos de cámara mas destacados de Argentina, Chile y Brasil.
Junto al mismo Trío, ha actuado con maestros de la talla de Tomás Tichauer, Guelfo Nalldi, Rolando Prusak, Grace Medina, Marcela Magin, Pablo Saraví, Andrés Lepage, y destacados jóvenes instrumentistas, desde hace varios años y en ciclos anuales de música de cámara.
En el año 2007, junto a los conocidos instrumentistas Pablo Saravì y Claudio Baraviera interpretó el Triple Concierto para piano, violín y cello de Beethoven. Durante el mismo año fue jurado del Concurso Nacional de Música de Cámara, organizado por MUSICA EN PLURAL y Telecom.-
Como pianista de cámara ha ofrecido recitales junto a destacados artistas como Haydee Seibert-Francia, Luis Roggero, Elìas Gurevich, Stanimir Todorov, etc., Como docente ha ocupado las cátedras de piano en el Instituto Superior de música de la Universidad Nacional del Litoral y en el ciclo superior de la Escuela de Música, Danza y Teatro de la Provincia de Entre Ríos. De sus clases han salido alumnos ganadores de concursos nacionales e internacionales como Marcela Martinez, Ezequiel Spucches, Lilia Salsano, Franco Broggi, Laureano Bruno, Francisco Pieklo, etc.
En el año 2012 tuvo el honor de ser invitada por la gran pianista Martha Argerich para ofrecer un recital a dos pianos junto a ella y al pianista rosarino Daniel Rivera, que tuvo una gran repercusión nacional e internacional , siendo considerado por la critica especializada del diario La Nación , como el concierto Medalla de Oro del año .
En 2018, nuevamente fue invitada por Martha Argerich para tocar en el Recital Bach, el concierto para cuatro pianos y orquesta de Bach-Vivaldi. Además, un recital a dos pianos en la Sala Sinfonica del Centro Cultural Kirchner (C.C.K.), que fue considerado por la crítica como la perla del año.
En 2019 se le entregó el premio Konex por su labor Pedagogica en piano
Crítica
“... El punto culminante de del programa lo constituyó el Concierto para Piano en sol menor de Antonin Dvorak, en la que intervino como solista Graciela Reca. Esta obra tampoco se ejecuta habitualmente porque es muy difícil para el pianista y menos gratificante que cualquiera de los grandes conciertos del repertorio. Sin embargo en este caso, adquirió un relieve inusitado y tal vez fue una grata sorpresa para los muchos oyentes que deben haberlo escuchado por primera vez. La instrumentista entrerriana mostró un impecable mecanismo, un toque cálido y refinado, seguro y vigoroso en los pasajes de fuerza, sutil y delicado en los momentos de lirismo. Con un dominio total de la extensa obra tocó con el aplomo y la seguridad de los pianistas que han llegado a conciliar su técnica y su musicalidad. A juzgar por esta versión del concierto de Dvorak, no dudo en ubicar a Graciela Reca entre los mejores pianistas argentinos de la actualidad”
La Prensa, a raíz de su actuación como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional.
“...Se escuchó luego el poco transitado concierto para piano y orquesta de Dvorak. Obra hermosa y de difícil ejecución, brindó una agradable sorpresa con su solista, la pianista entrerriana Graciela Reca, nueva para mí. Reca sorteó con desenvoltura los escollos de su parte; evidenció hermosura de sonido y se expresó con lirismo y noble fraseo, apoyada en un mecanismo eficiente”
Correo Musical Argentino
“...Resultó acertada la inclusión del poco difundido Concierto Op 33 de Dvorak, y el haber confiado la parte solista a una pianista de holgados medios y fluidez interpretativa como lo es Graciela Reca. La obra encontró en ella, a una traductora seria y sensible de la técnica romántica”
La Nación
“...Con la calificación de 5 estrellas, el crítico del diario La Nación, Juan Carlos Montero dijo: “Fue una manifestación artística de muy alto nivel el concierto que ofreció el Trío de Paraná en el Auditorio de la Fundación San Rafael. En primer lugar por la solvencia técnica e impecable sentido estilístico del Conjunto y en segundo termino por el interés del programa….”
“La presentación vino a ratificar los meritos de músicos de alto rango que desarrollan su quehacer en la paz de la vida en provincia…”
“El Trío de Clementi, dejó escuchar la impecable técnica pianística y musicalidad de Graciela Reca...”
“Luego con la entrega del Trío Op, 15 de Smetana, fue positivo y confortante apreciar la ductilidad de los intérpretes para penetrar con toda justeza en el clima dramático y doloroso de la composición en sus dos primeros movimientos de muy compleja escritura. A renglón seguido, con el mismo aplomo y solvencia, supieron obtener ese momento de transición tan admirable del tercer movimiento...”
“Sin embargo aun quedaba el mayor esfuerzo físico e intelectual de los músicos al tener que enfrentar una composición de grandes proporciones de unos 45 minutos de duración y mucha intensidad expresiva. Se trata del segundo Trío Elegíaco del Op. 9 del carismático y exuberante Sergei Rachmaninov.” “...toda la fuerza expresiva y la expansión de la melodía romántica del compositor y virtuoso del teclado ruso se escuchó en su completa magnitud, siendo notable el grado de compenetración de cada uno de los integrantes del Trío de Paraná, entregados con pasión a plasmar una formidable versión. Si Graciela Reca fue una pianista impecable en el dominio del teclado y conocimiento del autor, no menos brillante fueron Luis Orlando y Alberto Marullo, conformando así un trío de indudable jerarquía profesional, que puede ser ubicado entre los mejores del país en la actualidad”.
Criticas sobre el concierto dado con Martha Argerich:
“…con la organización de la Asociación Mariano Moreno el Teatro 3 de Febrero lució colmado y fervoroso… La segunda explosión de la noche sobrevino unos segundos después, estalló cuando muy lentamente ingresaron en el escenario Argerich y Reca para tocar la Sonata para piano a 4 manos, K381 de Mozart. Para asignar el mejor comienzo, la sonata gozó de una interpretación fantástica, con una elegancia plenamente mozartiana. Después con las tres combinaciones posibles fueron ofrecidas (a dos pianos Las Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms (Reca-Rivera). Los preludios de Liszt (Argerich-Rivera), La Suite Nº 2 de Rachmaninov (Argerich-Reca), el Concertino el La menor para dos pianos de Shostakovich Reca-Rivera) y Scaramoucha de Darius Milhaud. Una por una, las interpretaciones suscitaron entusiasmo y admiración y la noche fue avanzando larga y emotiva hacia un final que culmino con un teatro atiborrado y de pié en una ovación estremecedora que incluyó rechiflas, gritos, flores y papel picado. Algunas lecturas fueron definitivamente superlativas, como el ejemplo que Martha y Graciela generaron a pura magia.
Martha se enamora de lugares, situaciones, de personas y sus devoluciones y agradecimiento se materializan, por ejemplo con su presencia. Entre Ella, Rivera y Graciela Reca, una extraordinaria pianista entrerriana que todos nos mereceríamos escuchar en vivo y en directo, hicieron un concierto que fue una joya. Sin lugar a dudas, de lo mejor que se haya visto en el año…”
PABLO KOHAN (Diario La Nación, 25 de octubre de 2012).
Sobre el mismo concierto el diario CLARIN, del jueves 25 de octubre de 2012, tituló la critica como “UNA NOCHE DE EPIFANIA” y la subtituló “La excelsa pianista actuó en el Teatro 3 de Febrero juntos a sus amigos Graciela Reca y Daniel Rivera. Magia a seis manos.”
“La imagen de Argerich es el mas perfecto correlato de su sonido, potente, claro y directo, sin remilgos. Como siempre, casi tímida en el primer saludo, se dirigió directamente al piano en compañía de Graciela Reca. Y entre las ligerezas de las escalas y el lirismo del Andante Mozartiano, la magia de Argerich dejó también lugar para apreciar el dominio instrumental y la particular sensibilidad de Reca…”
Clarin – 13/08/2018
Crítica. Muy bueno
Martha Argerich y Graciela Reca, la belleza a cuatro manos
Las pianistas dieron un brillante concierto en el CCK, mostrando equilibrio sonoro y una gran empatía musical.
Martha Argerich y la pianista entrerriana Graciela Reca tocaron a cuatro manos y a dos pianos en la segunda de las dos únicas presentaciones en el CCK, parte de una gira que Argerich continuará por el interior del país.
En lugar del tradicional recital con los dos pianos enfrentados, Argerich prefirió colocarlos uno al lado del otro. También decidió que se retiraran las tapas de los pianos y las cortinas negras del fondo del escenario. El concierto, con un buen equilibrio sonoro general, abrió con la Sonata K521 de Mozart. Aunque los tropiezos del page turner (el encargado de pasar las hojas de la partitura) no lograron alterar el equilibrio en la volatilidad mozartiana, con Reca en el registro agudo y Argerich en el grave, hubo una comunicación más plena del dúo en la obra siguiente, en la densidad de Prokofiev.
Con algunas alteraciones en el orden original, el programa continuó con la Sinfonía nº1 de Prokofiev (para dos pianos), en lugar de laPetite Suite de Debussy, que abrió la segunda parte y se cerró con las Danzas sinfónicas de Rachmaninov (para dos pianos).
El cambio jugó a favor de una mayor compensación y contraste en cada una de las partes del concierto: las obras de Rachmaninov y Prokofiev juntas, tal como se pensó originalmente, habría dado un resultado tal vez un tanto denso.
Pero lo que más se favoreció con la nueva disposición fue una intensificación gradual en el intercambio del dúo, que en Rachmaninov alcanzó la complicidad más vibrante del concierto, con Reca en el primer piano.
Las Danzas sinfónicas, transcriptas por el compositor, es una de las obras cumbre para dos pianos. El dúo las interpretó con un amplio colorido que recordó las sonoridades orquestales, como las sorprendentes respuestas de Argerich a Reca, desde el registro grave del segundo piano, con una profundidad pasmosa. O, en la sección central del primer movimiento, el bellísimo sonido de Reca emulando los solos de saxo en la versión orquestal y las inquietantes respuestas de Argerich.
No sólo los ritmos enérgicos recorren cada uno de los movimientos, también las melodías exuberantes y la vivacidad rítmica. El primer movimiento es más medido con respecto a la energía desbordante del último o de la cualidad flotante del vals del segundo movimiento. Allí parece funcionar una explicación de Nureyev, y que Argerich suele citar, cuando le preguntaron cómo hacía para volver a caer más lentamente que los otros bailarines después de un salto peligroso: "Es muy simple - dijo-, basta con permanecer arriba más tiempo". Desde el segundo piano, Argerich jugó de manera maravillosa con el tiempo, al que Reca respondió con gracia y destreza, manteniendo el vilo de punta a punta. Algo parecido sucedió con el vals del Larguetto en la Sinfonía de Prokofiev. Desde el segundo piano, Reca le preparó a Argerich un sostén muy preciso aunque menos flexible para desarrollar el precioso tema, que sonó con una elegancia y un lirismo descomunal. En la Gavotta que vino a continuación, y también en el último movimiento, el dúo se escuchó más sincronizado que en el Non Allegro inicial.
Los cambios de tono más sutiles, con mayor refinamiento en los detalles, se reservaron para la Petit Suite. Los colores y la sonoridad logrados por ambas pianistas fueron notables.
Reca y Argerich respondieron a las ovaciones con una interpretación vibrante del el movimiento final de la Sonata K. 381 de Mozart.
Ficha
Calificación: muy bueno Programa: Sonata K. 521 de Mozart; Sinfonía en re mayor nº1, op.25 de Prokofiev; Petit suite de Debussy; Danzas sinfónicas Op. 45 de Rachmaninov. Intérpretes: Martha Argerich, Graciela Reca (pianos). Sala Sinfónica del CCK, domingo 12 de agosto.
La Nacion – 14/08/2018
Martha Argerich y Graciela Reca, recital a cuatro manos: la aventura de dos pianos que quedará para la historia
Pablo Kohan
14 de agosto de 2018
Martha Argerich y Graciela Reca, recital a cuatro manos y a dos pianos / Programa : Mozart: Sonata para piano a cuatro manos, K.521; Prokofiev: Sinfonía clásica, op. 25; Debussy: Petite suite para piano a cuatro manos; Rachmaninov: Danzas sinfónicas, op. 45. Sala Sinfónica del CCK / Nuestra opinión: excelente
Indiana Jones tuvo que atravesar trampas, atentados criminales y enemigos crueles para llegar a su arca perdida. Jack Colton (Michael Douglas), en la jungla, tuvo que sortear ciénagas, malarias varias y asesinos impiadosos para encontrar la esmeralda perdida. A Martha Argerich , sin contingencias temibles, le alcanzó con ir hasta Paraná para encontrar su propia joya, una pianista escondida con la cual formar un dúo de ensueño. En la conversación que mantuvimos con Argerich hace unos días, ella explicó sus necesidades: "A mí me gusta estar en contacto con músicos y me estimula tocar con ellos, con todos ellos.., sean músicos que hacen carrera o con quienes no la hacen". Solo Graciela Reca sabrá por qué una pianista tan notable y de tantos valores está ahí, en su ciudad, sin hacer carrera. La pianista entrerriana demostró que tiene suficientes herramientas técnicas y artísticas para no solo estar a la altura de Argerich, sino que le sobró material como para ser capaz, además, de transitar junto a ella por cuatro piezas de tremendas exigencias ya no meramente con salud, sino con sobradas suficiencias.
Ante un auditorio absolutamente colmado y expectante, el recital comenzó con la Sonata para piano a cuatro manos en Do mayor, de Mozart. Desde el primer sonido, el clasicismo más salzburgués y elegante brotó con una transparencia sublime. Si para describir los toques, la técnica y el arte de Martha no alcanzan las palabras (amén de resultar prescindibles y reiteradas), menester es decir que Graciela exhibió una mecánica precisa y exacta y una certeza estilística admirable. Ateniéndose al material que tenían frente a ellas, Argerich y Reca expusieron la más intensa expresividad del clasicismo, sin dejar que aflorara la más mínima improcedencia ni la más innecesaria ajenidad. De esas cuatro manos brotó el Mozart más bello y más clásico.
De estar codo a codo, cada una pasó a su propio instrumento y, a dos pianos, interpretaron la transcripción de la Sinfonía Nº 1, la "Sinfonía clásica", de Prokofiev. Aquel clasicismo mozartiano siguió latiendo ahora en esta partitura maravillosa, que, a dos pianos, suena más agreste, más rústica y, a su manera, más punzante que la admirable versión orquestal original. De tremendas dificultades para hacer coincidir con precisión esas dos partituras endemoniadas, Martha, en el primer piano, y Graciela sortearon todos los escollos y ofrecieron un Prokofiev irónico, poético, clásico y, en ese sentido, sumamente novedoso.
Después de la pausa, para demostrar capacidades de cámara infinitas, Martha y Graciela ofrendaron su homenaje a Debussy, en el centenario de su fallecimiento, tocando la Petite suite para piano a cuatro manos. Si bien lo de ambas es hacer arte, de algún modo también pareciera que las dos pianistas tenían como objetivo, además, mostrar la inmensa versatilidad que pueden ofrecer. Del teclado salieron colores, toques sutiles y precisos, perfumes y otros sonidos diferentes de los que se habían escuchado. El "Menuet", el tercer movimiento, fue un muestrario de delicadezas, y el "Ballet" final, una ráfaga fenomenal del mejor romanticismo preimpresionista francés.
Para terminar, dejaron la transcripción que el mismo Rachmaninov hizo de sus Danzas sinfónicas, op. 43. En el final de sus días, el compositor ruso había avanzado hasta otros territorios discursivos, aunque siempre dentro de la emocionalidad de ese romanticismo expreso que siempre cultivó. La partitura es tremenda, plagada de dificultades extremas y que requiere de todas las artes y mañas para que cada una se las vea con los obstáculos propios pero que, asimismo, sean capaces de conformar un dúo de precisiones, expresividades y propuestas compartidas. La tarea, técnicamente embarazosa por donde se la mire, fue salvada, artísticamente, con amplitud. La obra fue de una belleza tan descomunal como contundente.
La ovación final, con el público de pie, fue atronadora. Tomadas de la mano, Martha y Graciela pasearon por la amplitud del escenario saludando al público por sectores, con una sonrisa bien ganada. Para cerrar el círculo, fuera de programa, interpretaron, con una Martha Argerich en especial estado de gracia, el "Rondó" de la Sonata para piano a cuatro manos en Re mayor, de Mozart. Seguramente para felicidad de otros argentinos, Martha Argerich concluyó sus dos conciertos porteños y marchó hacia otros territorios para ofrecer ese arte y esos placeres que solo ella es capaz de despertar.
Por: Pablo Kohan