Pío Collivadino había nacido en Buenos Aires en 1869. A los 12 años inició sus estudios en la Societa Nazionale Italiana de esta ciudad y los continuó en la Asociación Estímulo de Bellas Artes con Francisco Romero. Pero también tenía vocaciones paralelas, ya que fue clarinetista y actor.
Al cumplir 20 años viajó a Italia y siguió durante seis años los cursos de la Academia de Bellas Artes de Roma.
En 1896 regresó a Buenos Aires y dos años después volvió becado a Roma. Perfeccionó entonces su técnica de pintura al fresco con Césare Mariani y participó bajo la dirección de Césare Maccari en la decoración del Aula Magna del Palacio de justicia, recibiendo el título de Caballero de la Corona.
En 1901 expuso en la Exposición Internacional de Venecia su díptico Vida honesta —que fue adquirido por una importante galería de Udine—, y en 1903 La hora del almuerzo en la Bienal de Venecia.
En esta obra que fue premiada en 1904 con una Medalla de Oro en la Exposición de Saint-Louis (EE.UU.), asomó un poderoso pintor que había aprendido en Italia la lección del naturalismo académico. Jóvenes obreros son retratados comiendo sus mendrugos y bromeando. No hay acentos dramáticos como en Sin Pan y sin Trabajo o como en La sopa de los pobres. Las extrañas tonalidades de la obra y la claridad de los colores recuerdan y aluden a la pintura al fresco.
En Italia Collivadino había aprendido técnicas gráficas muy avanzadas y en la aludida exposición de Saint Louis también fue premiado como grabador.
Cuando volvió a Buenos Aires en 1907 participó en la primera exposición del grupo Nexus —agrupación en la que existía una honda preocupación por el cosmopolitismo de nuestra formación cultural y las consecuencias del aluvión inmigratorio—, y asombró al público con El farol. Desde este momento de su carrera abordó la temática costumbrista y rural, y también la urbana. Llegó luego la serie del Riachuelo, las escenas del puerto, las viejas esquinas, aplicando a menudo un divisionismo del tono y una técnica puntillista. Acotemos que Collivadino había conocido en Italia el divisionismo que había caracterizado al último decenio del siglo XIX en Milán, y que fue practicado por Gaetano Previati, Giovanni Segantini y Giuseppe Pelliza da Volpedo.
En 1908 fue nombrado Director de la Academia Nacional de Bellas Artes, cargo que ocupó durante 35 años consecutivos.
Ana María Telesca