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Pintura, 1964

Óleo sobre tela, 188,5 x 209 cm

Biografía:

Víctor Magariños (1924-1993)
Premio Konex 1992: Técnicas Mixtas: Quinquenio 1982 - 1986

Nació el 01/09/1924. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, de la que posteriormente fue nombrado profesor. En 1946 fundó el Grupo Joven de Pintores. Luego de haber realizado su primera exposición en Buenos Aires, fue becado por el Gobierno Francés, en 1951. Su pintura se orientó por el camino de la geometría y se coronó como uno de los pintores más notables de su generación. En 1958 asumió como Presidente del Comité Argentino de la Asociación Internacional ante la UNESCO y, en 1980, recibió la Medalla de Oro, de la Academia Italiana del Arte y del Trabajo. En 1979 fue elegido por The International Who’s Who, de Inglaterra, como uno de los 1.000 pintores más importantes del mundo. Realizó más de 15 exposiciones individuales y colectivas en la Argentina y en el mundo. Su obra Pintura (1964) formó parte de la II Muestra Konex 100 Obras Maestras - 100 Pintores Argentinos (exposición antológica de la pintura argentina) en el MNBA (1994). En 1982 publicó el ensayo El arte cosmológico más allá de las últimas tendencias. Falleció el 06/09/1993.

 


Comentarios:

Pintura, 1964
Óleo sobre tela, 188,5 x 209 cm
Colección Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires

El espectador que enfrenta esta obra de Víctor Magariños experimenta al mismo tiempo una sensación de gran serenidad y de cierto desasosiego. Un enorme plano blanco, como si fuera una representación de infinito, acoge diferentes tipos de acción plástica; unas cintas de color puro determinan un fluido núcleo central que se abre con flexibilidad, como si fuera una flor, prolongándose hasta más allá del cuadro, en sangría bilateral. Hay también relieves en blanco, hechos con cola y yeso, puntos de diferentes tamaños que se congregan en diferentes agrupaciones. Vemos algunas sutiles chorreaduras de pintura de color vivo completamente impensadas en una obra de esta naturaleza, realizada con oficio impecable. El espectador tiene la impresión de enfrentarse a una obra que es geométrica y no lo es, que tiene un tipo de actividad indeterminada que no está acostumbrado a enfrentar.
Magariños no se limita a usar líneas o formas rigurosas, incluye elementos de alusión biomorfa, signos, con los puntos logra verdaderos desconciertos plásticos.
El artista pertenece a una generación deslumbrada por el primer alunizaje, los viajes espaciales, las teorías científicas innovadoras en todos los órdenes y un desarrollo tecnológico nunca visto. Participa de la utopía modernista por su fe en el pensamiento racionalista que exige inteligibilidad y claridad, pero rechaza cualquier determinismo mecanicista y opera sobre espacios flexibles y expansivos.
Se apoya conceptualmente en el artista belga Georges Vantongerloo a quien dedicó un homenaje hecho en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica en 1988.
Es un artista muy interesado por los estudios sobre el cosmos, la física nuclear, las nuevas matemáticas, la cibernética, la ingeniería genética y considera que el artista creador está obligado a concebir una estructura que exprese los aportes científicos, filosóficos y estéticos que preocupan a los pensadores y creadores de hoy.
Su sensibilidad fue más allá aún que su discurso. Sus estructuras bi y tridimensionales aluden a equilibrios que tienen tal grado (le complejidad que la clave escapa al espectador — corno esos juegos matemáticos que llegan al absoluto— por lo cual, paradójicamente, por vía de la racionalidad se desemboca en lo sorpresivo, incontrolable y misterioso.
Víctor Magariños, ha sido una de las figuras más originales de la abstracción geométrica argentina.

Nelly Perazzo