Sol argentino o Intimidad es un óleo de Pettoruti de 1941, realizado en nuestro país. Es una naturaleza muerta en la que conecta el espacio interior y exterior. Colocada en una mesa ante la ventana, el rol protagónico lo asume un rayo de luz que rige la estructura de la obra. Pertenece a la serie Soles, que empieza en 1939, en la cual el artista parece haber querido conferirle cuerpo, objetivar la luz a la par de los otros elementos materiales de la naturaleza muerta. "En la pintura de Pettoruti, la luz misma se estructura y ordena como forma". Es el plano de valor más alto, con una forma de geometría irregular, lo cual confiere un factor muy dinámico al juego de contrastes que crea. Acusadamente despojados, son el arco de la ventana, los postigos y la mesa, pero los objetos exhiben perfiles diferentes, curvas, el airoso resorte del sifón. En la copa, los planos internos y externos crean ritmos animados, la cortina arriba acentúa el carácter escenográfico. Las sombras se proyectan en planos vigorosos, mostrando una construcción impecable, rigurosa y elaborada. Por el tratamiento de la luz, los planos de color armonizan y contrastan, siempre sabiamente matizados y estudiados al máximo en las relaciones de dimensión. La obra impresiona por el ajuste cerrado y perfecto de una estructura que se impone prioritariamente al interés que puedan tener los objetos del referente y por su oficio impecable, con una materia delgada, donde no se registra el rastro del pincel.
Esta obra corresponde a la personal elaboración del cubismo analítico, que junto al futurismo fueron las experiencias innovadoras del lenguaje pictórico europeo de ese momento, de los que estuviera más cerca. Habiendo partido hacia allá a los 21 años, hizo una búsqueda incansable en galerías, museos, bibliotecas y monumentos florentinos. La exposición futurista de Florencia en 1913 le hizo estallar todos sus esquemas. Se vinculó estrechamente con el futurista Balla entre otros artistas como Prampolini, Sironi, Tosi, Depero, Funi. Antes de volver en 1924 tuvo un contacto fecundo con el cubismo a través de Juan Gris con el cual lo unen en su obra muchas afinidades. Su regreso fue un verdadero escándalo en un país habituado a imágenes figurativas más tradicionales. Con Pettoruti aparece en cierto modo la modernidad y su espíritu innovador en una Buenos Aires, que con su cultura de mezcla, empezaba a atisbar la vanguardia internacional de manera más abierta.
La obligación hacia su país le llevó a desestimar, en 1923, la propuesta del crítico alemán Walden de exponer en Der Sturm, una de las galerías más vanguardistas de Europa y tener como marchand a Harold Rosenberg, perdiendo su mayor oportunidad internacional para realizar entre nosotros su labor pictórica, docente, como escritor y director del Museo de Bellas Artes de La Plata. A partir de 1942 tuvo en Estados Unidos una actuación notable. Regresó a exponer en Europa recién en 1954. A partir de esa fecha se orientó hacia obras decididamente abstractas.
Pettoruti fue una figura determinante de la primera vanguardia argentina.
Nelly Perazzo