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El regreso de la cautiva, 1845

Rugendas, Juan Mauricio

Óleo sobre tela, 78 x 95,5 cm

Biografía:

Rugendas, Juan Mauricio (1802-1858)
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El regreso de la cautiva, 1845
Óleo sobre tela, 78 x 95,5 cm
Colección Bonifacio del Carril, Buenos Aires

Juan Mauricio Rugendas fue el gran ilustrador del Nuevo Continente.
Este artista romántico que recorrió América con intervalos entre 1821 y 1847, se propuso hacer un álbum de escenas americanas, pintorescas e instructivas en cuanto a la vegetación, el paisaje, la formación de montañas, nubes, habitantes, trajes y costumbres, retratos, monumentos, escenas históricas, fauna, etc. Su obra, que comprendió más de 700 óleos, 200 acuarelas y 4.500 dibujos, fue en el plano artístico el correlato de Alexander von Humboldt en relación con las ciencias.
Rugendas estudió pintura en la Academia de Munich.
En 1821 fue contratado por el barón von Langsdorff para participar como dibujante de una expedición al Brasil. Tomó numerosos apuntes sobre el trabajo y la vida de los esclavos en la hacienda que el Barón poseía al norte de la Bahía de Guanabara, y luego en Ouro Preto. A principios de 1824 se separó de esta expedición y se dirigió al sur de Brasil.
Al volver a Europa en mayo de 1825 se radicó en París y publicó un bellísimo álbum litográfico titulado Voyage pittoresque au Bresil.
Pero su intención seguía siendo conocer América. De 1831 a 1834 recorrió México del Atlántico al Pacífico, y luego pasó a Chile, país en el que residió hasta 1845, alternando con viajes a Perú y Bolivia. En esa fecha dejó Chile, viajó por mar hasta Montevideo y pasó a Buenos Aires, siempre dibujando y pintando. Estuvo luego un año y medio en Brasil y volvió a Europa en 1847.
El regreso de la cautiva, cuadro inconcluso pintado en 1845 en Buenos Aires, tiene una agitación compositiva netamente romántica y testimonia el interés que tuvo Rugendas por la pintura de "malones" desde que supo en Chile de los raptos de mujeres que hacían los araucanos. En mayo de 1838 Rugendas estaba en Mendoza preparándose para volver a Santiago cuando llegó la noticia de un asalto de los indios pehuenches a un puesto de correos. Rugendas se entrevistó con los indios y armó posteriormente un álbum con 24 dibujos sobre el tema del malón, que de ahí en adelante ofreció como modelos de cuadros al óleo a su clientela. El regreso de la cautiva se basó en el dibujo número 24 del álbum que llevaba el título Retour, y posiblemente no lo pintó por encargo, ya que lo conservó y lo llevó consigo a Augsburgo.
Añadamos a esto que en su estadía en el Río de la Plata, Rugendas conoció a Esteban Echeverría, autor de La cautiva, la obra más atrayente tal vez de la generación romántica del 37, que lo invitó a volver obsesivamente sobre este tema. Rugendas, que terminó siendo pintor de la corte de los reyes Luis I y Maximiliano II, murió en 1858.

Ana María Telesca